San Martín de Porras ingresó como donado a un convento de la orden dominica. Contemporáneo de Santa Rosa de Lima, alcanzó gran fama en vida por los múltiples milagros que se le atribuían. Incluso se decía que tenía el don de la ubicuidad, es decir que aparecía en más de un lugar a la vez, habiéndosele visto incluso en sitios tan lejanos como China.