Todo aquel que se acerque a la península de Paracas desde el mar, apreciará esta enigmática figura de 200 metros de largo, que se asemeja a un candelabro. Se ha afirmado tradicionalmente el origen prehispánico de esta figura, y su relación con las líneas de Nazca. Pero nuevas pruebas apuntarían a su origen colonial, como guía de los navegantes.