Típica cerámica inca. Su cuello es alargado y la base es cónica, útil para apoyarla clavada en el suelo, pues solía ser utilizada para contener chicha. Era fácil de transportar, pasándose una cuerda por sus dos asas. Su actual denominación, de origen colonial, deriva, del término griego aryballus, por su parecido con ceramios griegos de este nombre.