Al costado izquierdo de la Iglesia San Francisco se encuentra uno de los pocos vestigios incaicos en Cajamarca. Se cree que Atahualpa ofreció, a cambio de su libertad, llenar este cuarto una vez con oro y dos veces con plata. Una línea roja sobre la pared señala la altura que el Inca ofreció para llenar el cuarto.