El culto a los muertos siempre ha estado presente en casi todas las culturas prehispánicas andinas. Las ventanillas de Otuzco reflejan esta preocupación por la vida supraterrenal. Los nichos fueron construidos con el fin de guardar las momias de sus antepasados, y junto a ellos se colocaba comida y sus atavíos personales para que pudieran utilizarlos en la otra vida.