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Durante el periodo pre-hispánico, un pueblo de pescadores muy religioso que vivía en el valle del Rímac fue el origen de Lima. Más tarde ahí se desarrolló una cultura, convirtiéndose en un centro político y religioso de gran importancia; se construyó el santuario de Pachacamac, lugar de peregrinaje cuyos restos arqueológicos subsisten hasta nuestros días. Cuando los Incas llegaron, ellos respetaron su religión, costumbres y les permitieron venerar el Dios Sol y el Dios Pachacamac.
Durante el periodo hispánico, la cuidad de Lima, conocida como la cuidad de los reyes, fue fundada por Francisco Pizarro el 18 de Enero de 1535, en las riveras del río Rímac. En los siglos XVII y XVIII, época de su esplendor, se convirtió en el centro del poder político y militar representado por el virrey. Durante 282 años, bajo las dinastías de los Asturias y de los Bourbon, 40 virreyes se sucedieron en el Palacio del Gobierno. Es al principio de esa época de gran religiosidad que vivieron Santa Rosa de Lima, patrona del Perú, de las Américas y de las Filipinas; San Martín de Porres y San Juan Masías.
Lima,
cuyo nombre proviene de la palabra indígena rimac (que traducida
en español, significa hablador), comenzó a crecer rápidamente,
tal como lo atestiguan las culturas milenarias que se desarrollaron en esa zona,
transformándose durante los siglos XVI y XVII en la más importante
y poderosa metrópoli de la América española, centro
de todas las actividades comerciales y culturales del virreinato.
En el siglo XVIII, comenzó la decadencia, con la creación del virreinato de la Plata (Argentina, Paraguay y Bolivia) que le permitió recuperar las famosas minas de Potosí.
Durante el periodo republicano, el 28 de Julio de 1821, el General José de San Martín proclamó en Lima la independencia del Perú, comenzando así el periodo republicano, hasta hoy. Durante el gobierno del Marisca Ramón Castilla, Lima se convirtió en la ciudad faro de América Latina: se construyó el primer ferrocarril sudamericano uniendo Lima y el puerto del Callao; el telégrafo y el alumbrado a gas fueron instalados, y la esclavitud de los negros fue abolida por el gobierno.
El departamento de Lima está ubicado en el centro de la costa peruana, frente al océano Pacífico y ocupa una parte de la montaña hacia el este, ocupando una superficie de 33,820 km².
Lima, capital del Perú, es una cuidad moderna de 8 millones de habitantes, donde se apiña la tercera parte de la población del país.
Su clima costero es templado y húmedo. En verano (Diciembre a Marzo) la temperatura promedio es de 25°C, lo que invita a visitar sus lindas playas, y en invierno (Junio a Septiembre) varía entre 11°C y 15C°. En las zonas montañosas durante el día, el clima es templado, refrescando por la noche.
Lima está sobrepoblada, es contaminada, ruidosa, a menudo con un clima tristón. Sin embargo, los limeños son amigables y hospitalarios, y las oportunidades para cenar o salir de noche son muchas. La cuidad tiene una gran variedad de museos, mercados, plazas, construcciones coloniales y un zoológico.
El barrio de Miraflores tiene las mejores tiendas de la ciudad (abiertas de 9:30-10 am a 1 pm y de 4 pm a 7-8 pm), numerosos restaurantes y una vida nocturna agradable.
Debido a los terremotos, casi nada subsiste de la época de la fundación de Lima, de 1535 a 1746 (fecha del último terremoto). Como en muchas capitales de América Latina, el Centro está habitado por una gran parte de la población más pobre. Arquitecturalmente, tiene un carácter descosido innegable; sin embargo, detrás de algunas fachadas mugrientas se adivinan unas joyas de arquitectura colonial. Es de buen tono denigrar el Centro. Es un poco injusto. Detrás de su mugre y su lado decadente, hay una vida real. Sólo hay que constatar la loca animación durante el día.
De otro lado del Río se extiende el barrio de Rímac que fue también, hace tiempo, uno de los barrios elegantes de Lima.
Enteramente renovada, presenta una notable organización de los edificios
coloniales. A la izquierda, la municipalidad (Cabildo), al centro,
el Palacio de Gobierno y a la derecha la Catedral. La circulación
vehicular muy reducida permite despejar una encantadora visión de conjunto.
Desde
la fundación de Lima, se construyó un santuario en ese
lugar, pero el edificio actual data de 1746 y son sus pilares de madera que
permitieron que los terremotos no la destruyeran demasiado. Con una fachada
bastante austera (en esa época, la influencia de Herrera atravesaba los
mares) y con un interior un poco tristón. Bellas sillas del coro, flanqueadas
por dos púlpitos esculpidos. A la izquierda del altar está el
museo de arte religioso. Colección de casullas bordadas con oro, estuario
de maderas policromadas, pinturas sobre vidrio. Un interesante cuadro en la
gran sacristía: La Dinastía de los Incas, mobiliario espléndido,
escritorios marqueteados con marfil, roperos esculpidos, objetos de culto incrustados
con nácar, un Cristo de marfil, pinturas de la escuela Cusqueña.
En la sala del cabildo, retratos de los arzobispos de Lima. A lo largo
de las naves, algunas capillas ricamente decoradas detrás de su reja
de madera tallada (en una de ellas está la tumba de Francisco Pizarro).
Al lado de la catedral, el palacio del arzobispado con su linda fachada barroca y sus balcones de madera esculpida y en saliente. Frente al palacio del arzobispado, del otro lado de la calle, se levanta la Casa del Oidor (la casa del Juez), una de las casas más antiguas de Lima y testigo único de la arquitectura civil de los comienzos de la cuidad. Pero la residencia más antigua está ubicada al fondo del jirón de la Unión, frente al Palacio de Gobierno. Es la Casa de Aliaga, que data de los primeros años de la ciudad.
Alrededor de la plaza se encuentran dos de los más antiguos cines de Lima, así como el edificio del antiguo hotel Bolívar, uno de los más lindos de la cuidad. Una anécdota: para esta plaza es que se pidió a un artista español esculpir una mujer representando a la libertad. Para ello se le pidió ponerle una llama en la cabeza; pero el artista, pensando en el país, le puso una llama (el animal), que se puede observar hoy en la cabeza de la estatua.
Ubicados en la tercera cuadra de la calle Ancash, el convento y la iglesia de San Francisco, y las iglesias de la Soledad y del Milagro constituyen el complejo arquitectural colonial más grande del país. La iglesia tiene una muy linda fachada de piedra; el convento, el claustro y la recepción están decoradas con preciosos azulejos de Sevilla colocados en 1620, con unas lindas rejas y muros enchapados.
Se destaca también el museo de Arte Religioso, rico en platería y casullas bordadas con oro y plata, finos tallados de madera, pergaminos, ostensorios, etc.
La sala Zurbarán, con sus cuadros de los Apóstoles. En las galerías subterráneas se encuentran las Catacumbas, descubiertas en 1951 y que servían de cementerio durante la colonización.
Ubicados en la calle Conde de Superunda, en la esquina de la avenida Camaná. Esta construcción fue terminada a fines del siglo XVI. En el altar, en el lado izquierdo, se le reza a la Virgen del Rosario, y en el lado derecho se encuentra el altar de los Santos peruanos: Santa Rosa de Lima, San Martín de Porras y San Juan Masías; al pie de cada uno, se encuentran unas urnas de plata que contienen sus reliquias. La cúpula es de una gran belleza y es una de las más hermosas de la cuidad.
El convento, con bellos claustros, está decorado con azulejos de Sevilla y el salón capitular con maderas talladas barrocas. Es aquí donde fue fundada la Universidad de San Marcos, en 1551.
La
iglesia de la parroquia de San Pedro, fue edificada en el lugar del hospital
de Naturales, en el año 1668. El arquitecto principal de la obra
fue Juan Tomás Tuyro Túpac. El interior es de una elegante
sobriedad. La iglesia dispone de muchas obras pictóricas, esculturas,
tallados de madera y pan de oro importantes. El púlpito fue tallado por
el mismo artista.
Este museo se destaca por sus excelentes vestigios del Perú pre-histórico.
Se encuentran numerosos objetos de oro, plata y piedras preciosas.
La iglesia y convento de La Merced, la iglesia de San Agustín, la iglesia de Las Nazarenas, el convento de los Descalzos, la iglesia de San Marcelo, el santuario de Santa Rosa, las Huacas, el museo nacional de historia, el museo de la Nación, el museo Amano, el museo del arte italiano, el museo del Banco Central de Reserva, el museo del Banco Wiese, el museo de Arte, el museo Larco Herrera, etc.